La reacción química que se produce durante el blanqueamiento es una oxidación, en la que el oxígeno que liberan los blanqueadores dentales (peroxido de hidrógeno o peróxido de caramida) penetra el esmalte y la dentina del diente pigmentado y reacciona con la materia orgánica transformándola lentamente en compuestos intermedios que son más claros en su color que los originales.
Mucha gente nace con dientes más amarillos que otras. A otras se les hacen amarillos con la edad. Su color blanco natural puede también verse afectado por muchos factores.
Las manchas superficiales y las pigmentaciones pueden ser causadas por:
El tabaco (ya sea fumado o masticado)
Bebiendo café, té o vino tinto
Comiendo muchos alimentos altamente pigmentados como las cerezas o zarzamoras
Acumulación de sarro, que resulta del endurecimiento de la placa
Manchas internas pueden ser causadas por:
Tratamientos con tetraciclina durante el tiempo en que el diente se formaba
Coloraciones amarillas y grises como parte del proceso de envejecimiento
Golpes en los dientes que causen la muerte del nervio dando una coloración café, gris o negra
Ingesta de demasiado fluoruro cuando el diente se está formando (del nacimiento a los 6 años) que da una apariencia moteada.